Por: Pablo Del Valle
Un conjunto de cosas se han agolpado y me preocupan al mismo tiempo que las dejo flotar, este juego libre entre la preocupación y dejar flotar las cosas no sé si será una técnica espiritual que exista al margen de mi pensamiento en alguna otra mente que la practique en el mundo. Quizás haya millones de cultores de esta técnica y yo no lo sepa. Pero vienen algunos sucesos simples y otros complejos, uno aparentemente más directo es la presentación en la Feria del Libro de Cusco del libro de Carmen McEvoy «Guerreros Civilizadores» que analiza los procesos internos de la política chilena y la percepción chilena de la «guerra civilizadora» que emprendió con Perú y Bolivia hacia 1879, con la dinámica política y de decisiones militares que estuvieron encarnadas en Antonio Varas, el presidente Anibal Pïnto, Errázuriz, el presidente Santa María, Balmaceda y todos los procesos de la sociedad chilena en sus provincias y la forma cómo se asumió la guerra del Pacífico en los pueblos y todas las regiones del país vecino del sur, pero desde la perspectiva de los propios chilenos. Mi exposición va el día 26 de agosto.
También a partir de mañana comenzaré a escribir el libro sobre Yanet Baca Silva, la gran educadora rural que los peruanos hemos perdido, y que yo de plano le daría las Palmas Magisteriales póstumas por su asombrosa dedicación con una inteligencia y sensibilidad únicas a los niños y jóvenes chumbivilcanos, cotabambinos, y que ayer, asistieron masivamente desde las comunidades campesinas de Alcchuacchuyo y de Marccahui a despedirla en una misa en Santo Tomás, Chumbivilcas (Yanet, siempre atenta a los más pobres entre los pobres). Claro, no le darán las Palmas Magisteriales porque hasta esos reconocimientos tienen unos extraños pre-requisitos (verdadera y auténtica «tramitología»), pero no tiene la menor importancia.
Aparte de esto, me dio risa estar hablando con Carlos Berrío y estaba comentando que Verónika (Mendoza) había estado en la boda de uno de sus hijos, era amiga de la novia, y claro, era una chiquilla, pero estuvimos hablando de varios de los personajes políticos del sur y como siempre Carlos, con su sinceridad apabullante, que siempre ha votado por opciones de derecha, señaló que Verónika era futurible (que tenía futuro), y que hasta él votaría por ella (dijo: ¡qué tal carisma tiene esta mujer!), pero claro, antes debía deshacerse de todos esos pelmazos que eran algunos de los personajes políticos locales de los que habíamos estado hablando y que están en su entorno, que jamás habrían llegado al Congreso si no fuera por ella.
Agradezco a Carmen McEvoy, y también a mi eterna benefactora Rosa María Gastañeta, y también me parece que me voy a encontrar con Irma del Aguila y Karina Pacheco, que a diferencia de todos los gestores cusqueños, que piensan que no es posible que la Feria esté «arrinconada» junto a un gimnasio en un quinto piso, a mi por el contrario, me parece muy entretenido que tenga algo de la escenografía de «El Proceso» de Orson Welles.
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