24/09/2023

El difícil camino de las mujeres en la política

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En las Elecciones Regionales y Municipales 2018, solo 7 de las 196 alcaldías provinciales fueron ocupadas por mujeres.

La segunda regidora del Cusco, Romi Infantas Soto, asumió el cargo por encargatura de la alcaldía provincia del Cusco, porque el alcalde Ricardo Valderrama Fernández se contagió con el COVID-19 y tuvo que pedir licencia hasta su recuperación.

El Programa para la Igualdad Política del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) realizó un informe sobre los resultados de las últimas Elecciones Regionales y Municipales 2018. Según este documento, analizado por el diario La República, solo 7 de las 196 alcaldías provinciales fueron ocupadas por mujeres. Las mujeres alcaldesas solo representan el 3.6 % del total.

“Para los cargos de gobierno regional y, sobre todo, de alcaldía provincial no se aplica la paridad y alternancia, ni tampoco la cuota de género del 30%. Por eso, año a año esos números nunca suben”, explicó Diana Párraga, vocera de la campaña Somos la mitad, queremos paridad, al diario capitalino.

En el caso de las alcaldías distritales, en el 2018 fueron elegidas 83 mujeres y tras las Elecciones Complementarias de julio del 2019, a la lista se sumó una más (84). De acuerdo al JNE, en la actualidad solo el 5% del total de alcaldías a nivel nacional está a cargo de una mujer.

Mientras que la Defensoría del Pueblo informó que en las elecciones regionales y municipales 2018 no hubo ninguna gobernadora regional. Los 25 puestos fueron ocupados por varones.

En los últimos 18 años, solo ha habido cuatro gobernadoras mujeres: María Constantinides, Yamila Osorio, Rosa Medina y Luzmila Templo.

De otro lado, es necesario precisar que el pasado jueves 23 de julio, el Gobierno promulgó la Ley 31030 que modifica la norma de legislación electoral para garantizar la paridad y alternancia en las listas de candidatos al Congreso, el Parlamento Andino, en la fórmula presidencial (presidencia y vicepresidencias), consejos regionales y regidores. Además, obliga a que en cada organización política la mitad de sus candidatos a gobernadores regionales sean hombres y la otra mitad, mujeres. Por última, busca paridad en listas para cargos directivos de los partidos