27/09/2023

La educación rural abandonada

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74 mil 592 alumnos del Cusco y 33 mil 361 de Apurímac quedaron excluidos de la educación a distancia Aprendo en casa, que se implementa como consecuencia de la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19. El abandono de los ámbitos rurales es responsabilidad de los gobiernos subnacionales y el Ejecutivo nacional.

Escribe: Arturo Ferro Vasquez-Especialista en temas educativos

El Gobierno nacional debía entregar 107 mil 953 estudiantes de las regiones Cusco y Apurímac sus equipos tablets para que puedan llevar sin problemas las clases de Aprendo en Casa. Sin embargo, por irregularidades en la licitación del proceso de adquisición el Ministerio de Educación decidió cancelar el contrato con la empresa Topsale SAC, porque no tenía el aval o garantía de la compañía fabricante Lenovo.

Así los 74 mil 592 alumnos del Cusco y 33 mil 361 de Apurímac casi se quedaron excluidos de la educación a distancia que se implementa como consecuencia de la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19. De esa cantidad de estudiantes, la mayoría de estudiantes pobres y extremos pobres afectados viven en provincias, distritos y comunidades rurales de las dos regiones andinas. Este grupo de alumnos no lograrán este año los aprendizajes que se esperan.

La educación en los ámbitos rurales siempre se ha llevado la peor parte. Con o sin pandemia los resultados de aprendizaje son los más bajos que hay en el sistema educativo peruano. Por ejemplo: según la evaluación de los aprendizajes del 2019, el 98 % de los estudiantes de segundo año de secundaria del ámbito rural no comprenden lo que lee, esto significa que si queremos que los aprendizajes se den al 100 % necesitaríamos 200 años para conseguirlo al ritmo que vamos.

El abandono de los ámbitos rurales se inicia en los gobiernos locales, luego en los regionales que son los que directamente pueden recoger necesidades y demandas, pero les resulta conveniente que la educación no mejore para así tener votantes menos críticos y sin capacidad de leer o interpretar su realidad. Después están las autoridades nacionales que realizan altos montos de inversión, pero sin un conocimiento de la realidad. Casi siempre aplican propuestas impertinentes a los contextos rurales reales y no es que no dejen de priorizar los ámbitos rurales, sino que no logran desarrollar una estrategia adecuada para revertir los bajos logros de aprendizaje.

La mayoría trata de implementar propuestas idénticas de los ámbitos urbanos a los ámbitos rurales cuando no debería ser así. Se gasta en mejorar la educación rural con un antídoto equivocado. Nadie negará que ahora tienen más libros, más capacitación, más acompañamiento, más horas de estudios y mejor infraestructura, pero la realidad no cambia y sigue siendo la misma.

El Estado hace exactamente lo mismo desde hace años y solo incrementa los montos de financiamiento sin darse cuenta de que se requiere otro tipo de propuestas y no solo una forma de intervención, sino diversas alternativas. Muy aisladamente los centros rurales de formación en alternancia que consiste en alternar la educación entre 15 días en la comunidad y 15 días en el colegio han logrado resolver parcialmente el problema, pero no del todo. Es una aproximación fugaz. Y dentro de ese mundo de ruralidad hay quienes se llevan la peor parte y son las mujeres y en especial las niñas por eso no en vano se dice que la ruralidad tiene alma de mujer y cara de niña.

Por su parte, la educación a distancia en los ámbitos rurales traerá consecuencias devastadoras para los aprendizajes y junto a ellas una crisis económica y social. A los que peor les irá será a los estudiantes del primer y segundo grado de primaria que no lograrán aprender a leer y a escribir porque estos aprendizajes son eminentemente prácticos vivenciales acompañados de pedagogos, y esta ausencia presencial jugará un rol fundamental. El otro grupo es aquel que está en el quinto de secundaria, pues esta realidad abrirá una brecha tan profunda que pocos lograrán engancharse a la universidad, mucho más si nuestra universidad nacional se detuvo en el tiempo y sus evaluaciones son demasiado tradicionales e instruccionales, muy diferentes a la educación básica regular que está basada en competencias.

En conclusión, los efectos devastadores de la pandemia no solo serán contadas en vidas, sino en aprendizajes porque el tiempo perdido jamás podrá ser recuperado. Recordemos que en un año típico tan solo entre el 20 y 45 % representa la educación a distancia y si esta se da sin retroalimentación y sin flexibilidad de la evaluación originará una deserción de entre el 20 y 35% en los ámbitos rurales.

Entonces es necesario y urgente tener que plantear la promoción automática de grado y la eliminación de la repitencia, así como ingresos libres a las universidades, institutos u otras entidades. La llegada de las tablets ayudará en disminuir las brechas de aprendizajes, sin embargo, no es la solución total ni siquiera parcial, puesto que estas por sí solas no podrán generar aprendizajes si los docentes no se comprometen con un aprendizaje mediado por el uso de recursos informáticos.

El Minedu y los gobiernos regionales deben proyectarse al futuro y crear programas o proyectos que les permita a los estudiantes de ámbitos rurales tener iguales oportunidades de aprendizaje. Por ejemplo, los programas de complementación o reforzamiento de los aprendizajes, creación de programas televisivos locales y regionales y plataformas digitales.

En tanto, la estrategia “Aprendo en casa” -si se aplica de manera correcta y con responsabilidad- puede lograr aprendizajes válidos, pero la efectividad de su aplicación ahora bordea solo el 50%. Esto significa que de dos maestros uno de ellos no lo hace adecuadamente, entonces, el Estado deberá rediseñar la estrategia para el segundo semestre del año.

Los niños que escuchan Aprendo en casas solo a través de las radios. FOTO: CTV Cusco.