31/03/2023
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Víctor Raúl Maita Frisancho fue designado como ministro de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) por el presidente Pedro Castillo. “Por la seguridad alimentaria, sí, juro”, respondió aquel 29 de julio por la noche ante el jefe de Estado. ¿Qué planea hacer desde esta cartera? ¿Cuál será la importancia de la agricultura familiar? Estas son algunas de las preguntas que responde en esta entrevista con Pulso Regional.

Víctor Raúl Maita Frisancho, con 29 años, es el ministro más joven del primer gabinete ministerial del presidente de la República, Pedro Castillo Terrones. A su corta edad aceptó el encargo de manejar las riendas del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).

Es bachiller en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (Cusco), pero su trayectoria está mejor marcada por su desempeño como dirigente campesino y agricultor.

Maita Frisancho empezó en el mundo sindical como dirigente de la provincia de Paruro, una de las localidades más pobres de la región Cusco. Después asesoró a la Federación Agraria Revolucionaria Túpac Amaru del Cusco (Fartac), gremio del que posteriormente fue su presidente.

Este año saltó a la presidencia de la Confederación Nacional Agraria (CNA), que tuvo que dejar para colocarse el fajín ministerial. “Es chocante porque -hay que ser sinceros- uno no conoce todo sobre la parte administrativa, pero estamos para cumplir esta responsabilidad”, dice Víctor Raúl Maita cuando se le pregunta por el enorme reto de estar al frente de una cartera ministerial.

Maita Frisancho combinó el activismo sindical con la política. Aunque no registra militancia partidaria, en las elecciones de abril pasado, Maita postuló como candidato al Parlamento Andino por las filas del Frente Amplio.

Hablamos con el ministro la noche del 16 de agosto pasado en el auditorio del Centro Bartolomé de Las Casas (CBC). Maita Frisancho había llegado para poner en funcionamiento cuatro obras de siembra y cosecha de agua en el distrito de Pomacanchi, provincia cusqueña de Acomayo. 

Luego de las actividades sostuvo reuniones sucesivas con autoridades y organizaciones sociales. En el local del CBC escuchó a los dirigentes de Paruro, su tierra natal, que expusieron sus pedidos en quechua y español. “Escuchar al campesino en su propio idioma es distinto. Mis hermanos, mis compañeros expresan mejor sus demandas y necesidades en su idioma”, destaca Maita Frisancho.

¿Qué tan difícil ha sido asumir las riendas del Midagri a los 29 años en un contexto de alta confrontación?

Mi designación ha sido un gesto del presidente de la república porque el apoyo a su candidatura básicamente ha sido gracias al voto rural, al Perú profundo. Yo personifico a esa población, porque he sido dirigente de la Fartac, la CNA. En este contexto, en el que hemos cumplido 200 años de la independencia, es un reto y una reivindicación de los agricultores y campesinos en los espacios de decisión.

Las críticas giran en torno a la inexperiencia del primer gabinete ministerial. ¿Se siente aludido?

Como dirigente, como agricultor y como campesino conozco el sector -quizás de manera empírica-, pero conozco los problemas y, consecuentemente, debo decir que el problema del agro en estos últimos 30 años no es técnico, sino político. Pasa por decisiones que se deben tomar desde el Midagri. No hubo voluntad política de apoyar a los pequeños y medianos agricultores, así como tampoco a la agricultura familiar. Como representante y ministro quiero darle una orientación para que Midagri también esté al servicio de estos sectores.

Señor ministro, al tercer día de que el presidente Pedro Castillo juró al cargo se empezó a hablar de vacancia presidencial. ¿Cómo han evaluado esta amenaza dentro del gabinete?

Estamos en una lucha política. Pedimos al Congreso de la República que escuche al pueblo, que escuche a las poblaciones más vulnerables que claman cambios y apoyo. Ese es el caso, por ejemplo, de nuestro sector. No podemos seguir en esta incertidumbre si al gabinete le dan el voto de confianza. Para el bien de nuestro país, para salir de esta crisis sanitaria y económica, debemos apostar por la institucionalidad del Estado y la democracia.

Usted fue candidato por el Frente Amplio al Parlamento Andino. ¿Qué lo une ideológica y programáticamente al gobierno de Perú Libre?

Tanto Perú Libre como el Frente Amplio son partidos de izquierda y coincidimos en muchas de las propuestas. Por ejemplo, coincidimos en avanzar en una asamblea constituyente, apostamos por una nueva Constitución Política, por un Estado plurinacional y pluriétnico, y también queremos potenciar y defender la agricultura en nuestro país. Por eso estamos dentro del gobierno de Pedro Castillo.

¿Cuáles serán sus prioridades al frente del Midagri?

Tenemos medidas a corto, mediano y largo plazo. Una de nuestras medidas a corto plazo es solucionar los problemas coyunturales como el alza del precio de los alimentos, de los fertilizantes. En la sierra ya empezó la época de sembríos y consideramos que a ellos tenemos que apoyarlos con semillas y fertilizantes. A mediano plazo están, por ejemplo, (los proyectos de) siembra y cosecha de agua, construcción de presas y de reservorios para cerrar la brecha de estrés hídrico que se ve en nuestra región y en el resto de las regiones.

¿En qué consistirá la segunda reforma agraria que ha generado temores en algunos sectores?

Esa es justamente nuestra propuesta a largo plazo. La segunda reforma agraria implica revisar la primera reforma. Debemos hacer un análisis de la primera reforma (la de Juan Velasco Alvarado) considerando que esta tenía tres etapas: entregar las tierras al campesino, capacitar y movilizar al campesino, y tecnificar el agro. Se frustró la tercera fase y queremos retomar eso, fortaleciendo la asociatividad, las cooperativas agrarias y la industrialización.

¿Qué importancia tendrán la tecnificación e industrialización del agro nacional y de la agricultura familiar?

Ese es nuestro principal objetivo. Es importante el capital, la asistencia técnica, el sistema de riego tecnificado y darles valor agregado a nuestros productos con la industrialización. Paralelamente debemos garantizar el mercado, que es lo que necesita el productor.

Se habló de “disminuir y reorientar la importación de alimentos, dando preferencia a la agricultura andina y orgánica, e impulsando la diversificación productiva del agro”. ¿Esto incluye la prohibición de las importaciones de algunos productos o no necesariamente?

Este es un proceso. No podemos, en este momento, cerrar las fronteras porque todavía no estamos preparados para eso. Esto implica también darles herramientas a los agricultores para que puedan producir en mayor cantidad, cubrir la demanda y pensar en una soberanía alimentaria. En este momento no podemos decir que en el país hay soberanía alimentaria. Nuestra alimentación depende de cinco u ocho agroindustrias y los oligopolios no son buenos. Lo que debemos hacer es fortalecer a la agricultura familiar y avanzar a una verdadera soberanía alimentaria.

Un tema que no se terminó de resolver es la explotación laboral en torno a la agroexportación. ¿Habrá alguna reforma que impulse la agroexportación y a la vez proteja a los trabajadores?

Ahí se tienen que corregir muchas cosas. Debe regularse muchos aspectos. Si bien se derogó la Ley Chlimper, ahora las demandas de los agricultores siguen siendo lo mismo: continúa la explotación y los salarios mínimos. El Midagri y el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo están viendo propuestas. No vamos a esperar que exploten las protestas nuevamente.

El 28 de julio, el presidente Pedro Castillo anunció la entrega de 3 mil millones de soles para el Fondo FAE AGRO. ¿Cuándo empieza?

Ya se habían destinado 2.000 millones de soles. La propuesta del presidente fue aumentar otros 1.500 millones de soles para alcanzar esa meta. Eso se hará en el corto plazo.

¿Es un hecho que Agrobanco dará créditos al pequeño productor agropecuario y de la agricultura familiar o eso está en evaluación?

Se avanzó con dar financiamiento a organizaciones, asociaciones, cooperativas y otros gremios. Eso se debe continuar. Y a largo plazo queremos que sea un banco de primer piso que dé créditos a todos los agricultores.

¿Cuándo empezará el plan nacional de repoblamiento ganadero del que habló el presidente Castillo?

Nos hemos reunido con Conveagro, que reúne a todos los gremios agrarios, productores de leche, ganaderos y criadores de camélidos sudamericanos, para trabajar una propuesta de política pública que apunta a ese objetivo.

Somos un país donde el racismo y la discriminación son dos males recurrentes. ¿En algún momento de su vida se ha sentido discriminado?

Sí, en muchas ocasiones. He sufrido discriminación. Hemos visto que esto se ha acrecentado en estas elecciones. Por el solo hecho de tener un determinado color de piel uno es discriminado. Somos discriminados por nuestros orígenes andinos y ese es un problema que tenemos que superar. Es un problema étnico-cultural que todavía existe en nuestro país en pleno siglo XXI. Desde el gobierno hay una política de trato horizontal, porque no hay culturas superiores ni culturas inferiores.

¿Cómo ministro ha sido discriminado, objeto de gestos de menosprecio o desprecio?

Como ministro, de manera directa, no. Pero sí de manera indirecta. El hecho mismo de que discriminen al presidente (Pedro Castillo) o al premier (Guido Bellido) implica que también me discriminan a mí. Eso es algo concreto.

Las comunidades campesinas, en su mayoría, apuestan por el cambio constitucional. ¿Este gobierno empezará de todas formas el proceso constituyente? Nuestra mayor propuesta es el cambio constitucional y por eso la población nos respaldó. Ahora estamos viendo el mecanismo de cómo podemos avanzar en una asamblea constituyente: recolectando firmas, presentando un proyecto de ley al Congreso o que el mismo Legislativo apruebe una reforma para el cambio de la Constitución.

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