02/06/2023

Oscar Mollohuanca: Adiós a un político de sangre rebelde

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El exalcalde de Espinar murió esta mañana. Su cuerpo fue encontrado en un cerro de Pallpata. Espinar está de duelo, porque perdió a uno de sus hijos predilectos: un político de izquierda con principios de hierro e incansable defensor del medio ambiente y de los derechos humanos. ¡Descanse en paz, Don Oscar!

Escribe: José Víctor Salcedo

Espinar todavía olía a pólvora, gas pimienta y muerte cuando Oscar Mollohuanca Cruz fue detenido y enmarrocado, acusado de supuestamente promover y brindar apoyo logístico a la protesta contra la minera Xstrata Tintaya -ahora Glencore.

Era el mediodía del treinta de mayo de 2012. La noche anterior, la ciudad de Yauri, capital de Espinar, había sido un polvorín por el enfrentamiento entre policías y campesinos que pedían el cierre de la mina Tintaya a la que acusaban de contaminar el medio ambiente.

Hubo cuatro muertos: todos campesinos. Duelo, dolor.

Eran las primeras víctimas del gobierno del nacionalista Ollanta Humala Tasso, hoy acusado de corrupción y lavado de activos. Humala Tasso había cambiado el plan de la Gran Transformación por la Hoja de Ruta.

Una fotografía de aquella vez muestra a Oscar Mollohuanca con el rostro adusto, engrilletado y sujetado por sus captores armados. Lo llevaron a Cusco y de allí al penal de Cachiche en Ica. Ni un delincuente de alto vuelo hubiera recibido ese trato vejatorio.

La prisión duró 15 días, hasta el 14 de junio. Lo liberaron porque no había razón para mantenerlo preso. Desde entonces, sin embargo, soportó el calvario de una persecución judicial que por fin tendrá que extinguirse.

La partida de un guerrero K’ana

Oscar Mollohuanca Cruz ha muerto. Su cuerpo fue encontrado esta mañana en un cerro de Pallpata. Espinar -como aquel aciago día de mayo de 2012- está de duelo. Pierde a uno de sus hijos predilectos: un político de principios de hierro e incansable defensor del medio ambiente y de los derechos humanos.

Lo conocí en el lejano año 2010 en el fragor de las protestas contra el proyecto de irrigación Majes Siguas II. Era un hombre prudente y de pocas palabras. Escogía con bastante cuidado cada vocablo antes de pronunciarlo. Su parsimonioso fraseo era por momentos exasperante, pero de ese breve silencio en la conversación salían ideas rotundas, humanas.

¿Qué sintió y pensó cuando perdió la libertad?, le pregunté en una entrevista que le hice en febrero de 2016, cuando postulaba al Congreso por las filas del Frente Amplio. Hizo una pausa y sentenció: “Una gran desesperación. Pero luego pensé que eran gajes del oficio, un pequeño bache”.

Oscar Mollohuanca, estatura baja, ojos achinados con lentes, rostro pequeño, cabello negro. Oscar Mollohuanca, hombre de izquierdas, de ideas firmes como las rocas, consecuente, franco.

Oscar Mollohuanca, un hijo pródigo de la rebelde cultura K’ana, aquella que no pudo ser sojuzgada por el poderoso imperio Inca. Él jamás se dejó abatir por la persecución judicial que decía provenía del gobierno y de las mineras.

Es una frase común, pero es verdad: era una buena persona.

El político de carrera

Como político empezó en las filas de la Izquierda Unida. Le llamó la atención su discurso de justicia e igualdad. En 1984 se afilió al Partido Unificado Mariateguista (PUM), una de las fracciones en la que se fragmentó la izquierda.

Cuando acabó la universidad -era economista- volvió a su tierra natal. Como el PUM había desaparecido, en 1999 fundó el movimiento local Integración K’ana Minka, cuyas bases ideológicas eran las del PUM. Ganó por primera vez la alcaldía provincial de Espinar.

Oscar Mollohuanca es uno de los artífices de que la empresa Glencore -cuando era Billiton Tintaya- aceptará entregar el 3 % de sus utilidades anuales para obras en las comunidades campesinas. A este acuerdo se le llama Convenio Marco. Se aprobó en 2003 y sigue vigente.

La figura de Mollohuanca trascendió las fronteras de la provincia y se convirtió en una figura regional.

Las veces que lo entrevisté y conversé con él siempre decía, entre otras cosas, que en el país era necesario implantar “nuevas formas de convivencia en el manejo de los recursos naturales, sobre todo del agua” y que el “Estado debe proteger al ciudadano y no a las empresas mineras”.

En las elecciones regionales de 2014 postuló a la presidencia regional de Cusco. Obtuvo el generoso apoyo de 31 mil cusqueños. Con esa cifra fácilmente pudo haber sido elegido congresista.

La última vez que lo vi fue el 10 de enero, antes de que yo dejará el país. En un breve intercambio de palabras sobre las elecciones de octubre próximo, me dijo que pronto habría sorpresas. La sorpresa nos la dio el destino o no sé qué, que las autoridades policiales y fiscales deberán esclarecer.

Oscar Mollohuanca ha muerto. Espinar es hoy un pueblo triste.

Mayo de 2012. Oscar Mollohuanca, entonces alcalde de Espinar, es detenido y enmarrocado por la Policía. FOTO: LA REPÚBLICA.