
En la última década, si un candidato posee la cualidad de hablar quechua obtiene más respaldo en algunos sectores sociales. Este hecho responde a que la región imperial es una de las regiones con la mayor cantidad de quechua hablantes.
Escribe: José Víctor Salcedo
Cuando visitó la provincia de Canchis, el candidato a gobernador regional de Cusco, Edy Cuéllar Margholt, fue entrevistado por algunos periodistas y uno de ellos le consultó si podía hablar algo en quechua. Cuéllar, que no domina ese idioma, en vez de reconocer que no podía hacerlo trató de justificarse.
«El que tú hables quechua no te va a solucionar los problemas», dijo. El periodista insistió en que era importante que lo haga para comunicarse con la población de las provincias altas donde mayoritariamente hablan quechua -pero también español-. «(Hablar quechua) no hace la diferencia para tomar buenas decisiones… Mi vicegobernadora habla perfectamente el quechua y mi equipo técnico también», continuó justificándose Cuéllar.
En la última década, si un candidato, además del español, puede elaborar discursos en quechua tiene más opciones de captar votos en las provincias altoandinas de la región imperial. No dominar este idioma , puede tener sus consecuencias políticas.
Desde la incursión de Jorge Acurio y Luis Florez, exgobernador y exalcalde del Cusco, el uso del quechua en los discursos fue usado con eficacia en la política local. Acurio lograba captar con sus discursos a los auditorios, pero a quien mejor le iba es a Florez García. El exalcalde daba sendos discursos en quechua, muchas veces ininteligibles, pero su histrionismo, su gesticulación, la voz engolada y el tono dramático-lírico cubrían los auditorios y arrancaban aplausos.
La campaña regional más pareja fue la segunda vuelta del 2014. Edwin Licona, de Kausachun Cusco, y Benicio Ríos, de APU, dominaban bien el quechua y en las visitas a provincias y en los debates hacían uso efectivo de ese recurso. No es para nada sorprendente que las personas se identifiquen con quien se parece más a ellos o habla como ellos.
En esta campaña electoral, el candidato Werner Salcedo, de Somos Perú, domina el quechua, mientras que Cuéllar, por su origen y su formación casi puramente citadina, carece de ese elemento. ¿Será determinante que uno sepa o no hablar el quechua en estas elecciones? Posiblemente sí. Aunque, en realidad, lo importante al momento de votar deberían ser otras cosas.
El quechua en el Perú
Más allá de lo relacionado con la campaña electoral, es necesario ver que el quechua es uno de los idiomas oficiales del Perú. Es hablado por más de 4 millones de peruanos en todo el país, con preeminencia de las regiones del sur (salvo Puno, donde también mayoría hablan aimara). Pese a eso, el quechua genera ciertos rechazos.
Lo vimos en televisión nacional en 2021 cuando el primer premier del gabinete de Pedro Castillo, Guido Bellido, asistió al Congreso a exponer su propuesta de trabajo y solicitar el voto de confianza. Bellido, de raíces quechuas (nació en Chumbivilcas, Cusco), empezó su discurso en quechua. No había hablado ni cuarenta segundos cuando la entonces presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, lo interrumpió y le exigió hablar en español, porque no lo entendía. Varios meses después, Alva confirmaría su talante racista cuando dividió al país entre indios y blancos, ricos y pobres.
Aquel día, Alva no pidió que un traductor en el Congreso traduzca el discurso del primer ministro, simplemente le negó la posibilidad de usar ese idioma ante la representación nacional. Ese episodio puso en debate un conjunto de asuntos, entre ellos la discriminación lingüística y la división social de una nación pluricultural.
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